
Pocas cosas quedan sobre la tierra unos años después de la explosión nuclear: ceniza por todas partes, ciudades humeantes todavía, esqueletos de carros y casas, unos pocos andrajosos que caminan por las carreteras algunas veces derretidas y que evitan encontrarse. Y entre ellos los personajes de esta novela, un padre y su hijo que buscan mejores aires en el sur; en su camino llevan morrales con mantas y plásticos y arrastran un carrito de mercado con enlatados y otras vituallas. El padre lleva al cinto un revólver con dos balas, temprano en la novela tendrá que usar una. Se les van los días entre caminar, buscar comida y huir de los “barbudos”, tribus de gente que busca gente para comérsela. Alguna vez desde la oscuridad de un bosque ven pasar por la carretera un grupo de ellos; llevan tubos y cadenas en las manos; cierran la procesión unas cuantas mujeres… embarazadas.
Lo de McCarthy es la peregrinación y la muerte, y las dos están en cada fragmento que compone esta novela compuesta de pequeñas escenas de un párrafo, dos a lo más. Cada incursión de estos personajes en un pueblo, una casa, una tienda destruida en busca de comida entraña suspenso del más puro y aterrador, que se acrecienta porque el relato se detiene en cada escena que transcurre en un interior mientras describe procedimientos como abrir una compuerta, armar un fogón de gas, sacar agua de una cisterna. La carretera por la que caminan es “árida, silenciosa, infame”: tres adjetivos que le encajan perfecto a la prosa de McCarthy. Además llueve todo el tiempo, siempre hay frío, en todo momento los acompaña “la pauperizada luz del sol” (p. 71). El hombre a ratos se dobla a toser y escupe sangre.
Tres veces encuentran libros y las tres están éstos “hinchados, inservibles”. Una vez se topan en una tienda con una Coca-cola y el hombre insiste en que el chico se la tome. Insiste, no toma él ni un sorbo. “¿Es porque nunca más volveré a tomar otra, verdad?”, le pregunta el chico. ¿Qué se siente vivir en un mundo sin libros, sin Coca-cola, huyendo de caníbales, sin saber cuánta gente hay? “Como si el mundo se encogiera en torno a un núcleo no procesado de entidades desglosables. Las cosas cayendo en el olvido y con ellas sus nombres. Los colores. Los nombres de los pájaros. Alimentos. Por último, los nombres de cosas que creía verdaderas” (pp.69-70).
Al fin llegan al mar y pasan allí unos días, pero no acabarán las penas de este padre y su hijo. Las penas en el mundo de La carretera no acaban sino con la muerte. El mar no es más que “Un inmenso sepulcro de sal. Absurdo. Absurdo” (p. 165). Salen de la playa otra vez a la carretera para ir más hacia el sur y el chico le pregunta al papá qué es lo más valiente que ha hecho. “Escupió en la carretera una flema sanguinolenta. Levantarme esta mañana, dijo” (p. 199). Un mundo sin esperanzas que le devuelve la esperanza a la novela, al lenguaje, a los lectores. Una obra verdaderamente grande.
Cormac McCarthy, La carretera, Barcelona, Mondadori, 2007, 224 páginas. Traducción de Luis Murillo Font.
Comentarios
Un saludo.
Un saludo.
No veo nada de "la poesía retorcida de Faulkner" (¿??), por el contrario, el lenguaje es diáfano, claro, contundente. Como dije antes: no le sobra una letra.
Otro detalle: la carátula me parece una maravilla. Parece la portada de alguno de esos "libros hinchados e inservibles" que se encuentran en la novela.
Mejor te dejo un beso borrascoso
Creo que cuando deje de estar agobiada lo tomare...muchos clientes me dijeron que estaba bueno.
Besos
leí el post sobre el mencionado libro ,q digamos no le fue muy bien, pero aun así seguiré leyendolo.
Lo que mas impresión me ha causado es que llevo mas d e una hora en este blogg y salto de un post a otro y cada vez me convenzo mas de q es buen sitio para descubrir buenos libros y malos libros. Como lei en uno de los post "hay tanto que leer, y tan poco tiempo"
Manten el pulso!!!
De paso, le pregunto Camilo, ha leído algún libro de Andrea Camilleri? Últimamente me he aficionado a los relatos del personaje Salvo Montalbano. Me gustaría conocer impresiones de otros al respecto.
Me imagino que lo que le llegará suele no ser del nivel de lo que escribe villoro u otros de los que publican. Intenté esa discusión con su jefe (por qué son malas las publicaciones que envia la gente) pero como que no se pudo; esta berraco y le sobra hybris.
Me puse a leer toda la discusión y encontré muy divertido que el fundador del grupo haya terminado peliando con el director porque no le publicó una cosa. Vanidad de vanidades. Por cierto, chévere su blog.
Don Trinidad: Bienvenido.
Jorge, A, Mauricio: Uno con tanto qué hacer y ustedes tentándolo a uno a releer en inglés esta novela. Pero creo que me convencieron. ¿Alguno sabe si se consigue en Bogotá? Habrá que hacer el ejercicio.
Don Apeláez: Bienvenido por acá, y seguimos la diiscusión cuando quiera, en mi perfil está mi dirección.
Samuel: Sí, increíble que una carátula tan simple sea tan expresiva.
Gabo: No conozco nada de Camillieri. Prenderé las antenas. Gracias por la recomendación.
Saludos Camilo,
Andrés M.
No sé si te interese Camilo, pero voy a Colombia en Mayo y puedo darle una copia de la versión en Inglés a Burgos para que pase por ahí...creo que vale la pena.
A
Ah también acabé La Maravillosa vida breve de OW......excelente recomendación también. Ahora le voy a tratar de darle muela a Nabokov y su lolita y aando pérdido en la Muerte loenta de Luciana B. Saludos.