Dan ganas de balearse en un rincón



Por diferentes razones que no vale la pena comentar aquí, durante diciembre y enero de 2008 leí un montón de manuscritos de ficción. Y cuando digo un montón no exagero: fueron más de 220, entre cuentos sueltos, colecciones de cuentos y novelas, todos colombianos. Una primera conclusión, desde el corazón, le pone el título a este comentario. La frase no es mía, qué vaina: viene de un tango precioso de Homero Expósito que se llama “Afiche”. Más adelante voy a compartir otras conclusiones, las que fueron llegando después del totazo inicial.

Quien esté familiarizado con la lectura de manuscritos de ficción no va a discutir que si uno está en plan magnánimo, algo menos del diez por ciento de lo que lee sobrevive a una segunda lectura. De ese diez por ciento, la mitad planteará alguna promesa –incierta– de que el manuscrito podrá tener algún valor una vez publicado –valor comercial, sí, porque esto en últimas es un negocio, pero también valor digamos estético, es decir, que interese a unos cuantos lectores–. La promesa se cumple, a la vez, en algo menos de la mitad, es decir que cerca del dos por ciento de los manuscritos que le llegan a un lector, evaluador, editor, jurado, etcétera, conocen alguna fortuna una vez publicados: venden más de mil o dos mil ejemplares, provocan alguna que otra reseña en las revistas que se ocupan del mercado editorial, se comentan en conversaderos. Y sigo en plan magnánimo.

Oigo preguntas: ¿Es cierto? ¿Pero, por qué? ¿Qué pasa? ¿Qué falta? Y aventuro: falta autocontrol, mesura; faltan lecturas juiciosas, humildad, humor. Por amor de Dios, ¡humor! Sobre todo, falta información, o mejor, formación. La que se comparte en talleres literarios, algunos diplomados, uno que otro curso universitario de escritura creativa. Cuando son de provecho, en estos espacios se hacen lecturas dirigidas, se comentan los avances de los compañeros, se oyen los comentarios de unos primeros lectores que son esos compañeros, se conocen las herramientas del oficio de la voz de los escritores experimentados a quienes les ha dado por compartir en textos propios o en entrevistas la manera en que hacen lo que hacen. Así de simple. Escribir requiere talento, sí, pero también requiere oficio, práctica, oído.

El tema da para más, por supuesto, pero ahora me quiero poner una máscara de hockey y voy a sacar la motosierra, y así en plan Jason voy a compartir con los lectores de el ojo en la paja algunos fragmentos que fui coleccionando durante esas lecturas de manuscritos. Por supuesto, no doy datos sobre autoría u origen del fragmento: no se trata de echar al agua a alguien que intentó y no pudo. En esto de la escritura, por fortuna, no aplica una regla como la del béisbol que te obliga a sentarte después de tres intentos fallidos: se puede seguir. No cambié una sola coma en los fragmentos que cito a continuación, no corregí nada, y me dio por agruparlos en categorías. Cuando hay puntos suspensivos entre corchetes es que quité un fragmento, cuando están sin corchetes es porque vienen en el texto original. Aunque algunos den ganas de balearse en un rincón o de llorar, lo mejor es tomárselo con algo de humor. Creo.

Categoría “En esta puta ciudad”

— “Bogotá se pone triste cuando llueve. Uno siente que de veras el cielo llora, y las personas tornan el semblante como si se dieran cuenta de que es un bebé quien entristece porque está enfermo.
”–Mira –me dijo, con emoción al señalar, el día en que descubrió que el firmamento no era apenas el reverso de una superficie tapizada de niebla oscura–. Es el atardecer.
”Dejé de quejarme del pavimento triste y levanté la mirada en dirección a su índice”.

— “Estudiantes, abogados, secretarias, escritores, fracasados y triunfantes, todos se reúnen a la hora del almuerzo en un restaurante no muy exclusivo de Bogotá para vencer una vez más cada día el inevitable e inmortal deseo de alimentarse, para librar una batalla rutinaria con el demoniaco estómago que pide a gritos ser penetrado por comida, que se levanta a protestar y con vida propia obliga a una brutal aglomeración de cositas que casi nos hablan desde el plato. Todos los días entran personas distintas y algunos clientes fijos del lugar, satisfechos con ese sabor casero tan especial recargan energías para continuar su día, pero nunca se detienen a pensar en lo impensable…”.

— “Aquí nadie habla con el otro, evitamos cruzar las miradas, evitamos el roce de los cuerpos y hasta el humor de un cigarro que no sea el nuestro”.

—“Decenas de astutas miradas, un cuerpo blanquesino y legamoso en la orilla de un canal en los arrabales; la carne mórbida, desjironada por los picotazos: reyerta de hambrientos gallinazos negros”.

—“La buseta comía pavimento tan rápido como la cinta de mi walkman se tragaba la voz de Hetfield aullando ¡seek and destroy! La gente se encogía en sus asientos y se arrunchaba contra la carrocería del cajón corredor. Los hedores de los pasajeros se hacían más agrios y repugnantes.”

—“Dese la oportunidad de guiñar el ojo y seducir a cada paso la desolación que nos inunda. Como polizontes andaremos a conquistar la divagación.”

—“Amanece y por las calles circulan como estertores los últimos flujos de una noche agitada. La ciudad se va aclarando paulatinamente, ya despuntan los primeros rayos de sol y las golondrinas anuncian con su canto un nuevo desvelo. Empieza otro día que no va a ser tuyo, lo sabes. Ésta sensación se reitera, tal vez, debido a tu inconstante deseo de precipitar en un mismo disparo prematuro cada acontecimiento, a tu costumbre de buscar nuevos comienzos. El asfalto liso y regular que recubre las calles por donde caminas se agrieta imperceptible desde lo profundo rompiendo con la seguridad que aparenta. Los lentes opacos sobre tus ojos insomnes turban el mundo como un velo entre la realidad y el delirio”.

— “La plaza está rodeada por una docena de casas derruidas y una iglesia, de puertas cerradas y manchadas por la mierda indeleble de las palomas que anidan raquíticas encima de la cabeza de un santo a quien el tiempo le ha borrado su rostro de beato. En la mitad de la descascarada plaza se yergue lacónica una fuente sin agua, rodeada por tres árboles escuálidos, azotados sin misericordia por el viento. Camino sin rumbo fijo, por entre calles empedradas y solitarias, hasta que descubro a un niño jugar descalzo, sobre las piedras volcánicas que cubren las calles”

Categoría “No me compares”

— “Efectivamente ese día llegó tarde a clase. ¡Bueno solo unos minutos! Su metro con ochenta de estatura. Su constitución gruesa y firme. Sus ojos cafés claros. Su mostacho delgado y bien cuidado. Su cabello grueso, negro y bien peinado como la crin de un caballo burgués”.

—“No se por que me sobresalte y salí abruptamente del reparador sueño y de inmediato me dirigí el enorme ventanal del apartamento donde habito y vi a esa hora de la madrugada: cuatro y quince, a un niño con su maleta salir de la torre cuatro, solo, sin madre, sin nadie quien lo acompañara [...] vivo en un noveno piso y cuando me pego a la ventana es como si observara un partido de fútbol desde una muy alta tribuna, como si fuera un Dios que mira a los seres humanos dirigirse a sus distintas labores”.

Categoría “Copia por triplicado”

“Los cazadores eran tres jornaleros, tercos, necios y toscos, que por esa época a falta de labores suficientes en los pueblos y en los campos duramente recorridos, perseguían sin descanso aves, herbívoros y roedores para ganar un sustento y enviar a sus familias lo poco que les quedaba tras estruendosas, ruidosas y ruinosas borracheras”.

Categoría “Todo comenzó en una buseta”

“Me entró el sopor y cada movimiento se me fue haciendo cada vez más dificultoso, aunque solo podía segur ahí: recostado en el asiento de esa buseta, con los ojos entreabiertos”.

— “Y fue entonces cuando la vi, su pálido rostro estaba bañado por la luz fluorescente característica de los buses urbanos. Sus ojos marrones brillaban tímidamente y bajo ellos colgaban dos oscuras y profundas medialunas. El bus se detuvo y su mirada se clavó sobre mí, sus ojos me penetraron violentamente y después de eso fue imposible dejar de mirarla”

Categoría “Yo levantaré”

“Sus pensamientos comenzaban con una copulación de Mantis religiosas; el macho en el lomo de la hembra logra penetrarla previendo cualquier riesgo para su vida, el macho goza y lleva en esas mucho tiempo, ella se mueve con violencia y logra sacudírselo…”

—“La relación comenzó un domingo en mi casa, estábamos jugando Damas Chinas y entre risas y chistes, inexplicablemente, hubo un momento en el que un silencio se coló en nuestros roles y nos incitó novelescamente a dejar el tablero a un lado, para culminar la partida en otro, el comedor, quedando en juego solo dos fichas, nosotros dos. Tomamos la decisión de mantener en secreto nuestra polémica relación, pues a la luz de la sociedad nos podían juzgar bajo las rigurosas leyes eclesiásticas no antes haciendo público la herejía y con ello el rechazo y la marginación social”.

Categoría “La nueva sangre del realismo mágico”

“Lo primero que pensé cuando vi la primer rosa estrellarse contra el piso fue que un cometa había chocado contra los grandes rosales celestes que guardan todos los secretos divinos que no pueden ser revelados, pero inmediatamente desistí de esta idea cuando una rosa se clavó en mi cuello como si fuera una vampiresa emocionada con mi sangre”.

Categoría “Los escritores también tenemos nuestro corazoncito”

“Paloma siempre había soñado con tener una familia feliz, valiosa, valiente y unida, diferente a algunos modelos nocivos que tenía en su entorno y los que había experimentado durante a sus viajes a diferentes palomares. Construir una relación de pareja era lo primordial para ella, para amarse en cuerpo y alma, demostrándose mutuamente con todo el corazón lo más importante en su vida y que por su famlila estaría dispuesta a dar la vida misma”

— “Iba desprevenida calle abajo cuando vi doblar la esquina a dos maricas, uno de ellos de esos de ropa de encaje, minifalda y tetas falsas las cuales trataban de escaparse de un escote especialmente hecho para sostener ese efecto; el otro, seguramente era su novio oficial. Nunca he tenido problemas con esa gente, pero este par me llamó la atención […]”

Categoría “Descripciones cartesianas”

“Ella también tenía un cuerpo en discordancia. Amplias caderas y pecho escaso. Era una pera. Latina de los pies a la cabeza, de curvas onduladas y cordilleras de piel exquisitas como la arena, ojos caucásicos, con el anis de las verdades enteras, hondos, como un flujo de tinta negra, cafés, aromáticos, y brillantes, como dos fatos escabullidos en un desierto. Era latina desde los hombros hasta las piernas, bajo su cintura todo era misterio, como un manjar de diosas en el firmamento; y su piel canela estaba alicorada con los demonios de un vino, penetrada por lunares eclesiásticos y de un color malva clandestino.”

— “Sus grandes ojos de cielo circundados, por densas montañas de negro azabache, con forma de juguetonas pestañas, adornaban el tierno e inteligente rostro angelical de aquel ser intergaláctico, apología al amor y a la justicia, en cuya persona mezcla de hombre, ángel y figura mitológica, un ser supremo quiso depositar la responsabilidad de dirimir los conflictos, sortear los peligros, cuidar de la naturaleza y evitar así la auto destrucción de la raza humana.”

Categoría “Los escritores también escriben”

— “también viajaba a cotizar el valor de la edición de mi última novela titulada: “Dos mujeres y yo”. Pues todo encajaba con mi sueño de escritor en busca de editoriales que publicaran mi obra con una dedicación especial a Rosario, quien era para mi inspiración lo que fue Beatriz para Dante en su peregrinaje por el Paraíso. Pero, como mi mente estaba puesta en el viaje, sólo pensaba en qué iría decir Rosario si no cumpliera con mi cita. De seguro la perdería por sécula seculorum.

Bueno, y no pueden faltar quienes mezclan géneros, en este caso, categorías:

Categoría “Todo comenzó en una buseta” / “En esta puta ciudad”

“Conté las monedas para pagar el pasaje y vi venir la buseta: Perdomo – San Vicente – Couña. Me subí. Pagué. Me senté y como es usual, eché un vistazo a ver qué compañeros tendría para ese recorrido. Nada diferente. Los hombres con cara de maleantes y las mujeres gordas y malolientes…”

Categoría “Descripciones cartesianas” / “Yo levantaré” / “Los escritores también escriben”

“Era perfecta. Y no simplemente por su rostro perfectamente simétrico, o su figura esbelta y proporcionada, sus movimientos lentos y precisos o sus rasgos justos. No, en su caso todo, incluyendo su corazón noble, su espíritu ambicioso, su brillante capacidad de raciocinio, parecían combinarse con una maestría y con una exactitud que dejaba perplejo al más indiferente.
”Lo más lógico fue, por tanto, sentirme irremediablemente atraído hacia ella desde la primera vez que la vi. Fue en la librería. Yo buscaba la Trilogía de New York, de Auster y ella ojeaba una edición de Por los caminos de Swann, de Proust. Venciendo mi irremisible timidez, me acerqué a ella:”

Categoría “Yo levantaré” / “Los escritores también escriben” / “Todo empezó en una buseta”

“La penumbra del bus me produjo sueño, cerré los ojos e intenté dormir, de pronto escuché un suspiro y después una tormenta me salpicó las manos, un gemido suave brotaba de mi compañera de viaje, luego vino un silencio y cuando todo parecía que iba a estar tranquilo resucitaba la zozobra, la rubia se sonaba la nariz y secaba sus lágrimas y otra vez el diluvio se apoderaba de la atmósfera… recordé a Lady Eowena, un personaje del cuento “Ligeia” de Edgar Allan Poe.

Categoría “No nos hágamos tarugos”

“Esto, lo dijo un buen provinciano que deambula entre las nostalgias y los laureados conceptos que en cualquier periódico tirado sobre la calle, él lee y lo lleva a su carácter de pensador, filósofo y literato. Este soñador en medio de su locura interior es catalogado como el dogma de acertijos provenientes de la nada, donde escudriña tridimensionalmente el pensamiento con la combinación perfecta de bruto y loco.”

— “Llegamos al apartamento de Gilda, un espacio tan sobrio como ella y ordenado, vivía sola con su neurosis y un eterno síndrome obsesivo compulsivo. Sesenta días en espera de su cuerpo desnudo. Me llevó a su habitación decorada con cuadros azules, abstractos, como muy oceánicos, diría. Una poltrona blanca para fumar; un teléfono y un libro en la mesa de noche. Ya desnudos, bajo sus perfumadísimas cobijas, mis ojos vencidos, la fricción de nuestros torso, cuántos cafés para llegar a esto, Dios, por fin, la gran Gilda, nariz picuda, pelo rojo, te llevaré a muchos conciertos Gilda antes que cumplas 26, de eso puedes estar segura…ahhh, Gilda, tanto silencio, cuánto silencio desarrollado en falso para estar así…”

— “Cuando leí el ensayo “Locura ritual”, lo primero que pasó en mí fue que recordé que, hasta el día de hoy, la ciencia no ha podido definir la sutileza de la locura. La pregunta es sencilla y certera, pero las posibles respuestas aún son parte de un entramado caótico para nada esclarecedor: ¿cómo diferenciar A UN LOCO DE UN CUERDO? Estos vacíos nos arrojan a un campo todavía muy oscuro, y POR SER OSCURO, CREO que la palabra ritual es una compañera bastante afín a la locuRA, NO SOLO POR EL IMAginario que suscita en aquellos que hemos estado cercanos a la RELIGIÓN –RELEGADOS O subyugados—es decir, todos y cada uno de nosotros, sino porquE EXALTA EL VALOR DE Ese velo inconcluso y vago, detrás del cual se oculta la sutileza que menciono.”

— “Camino a lo que sería una última estación, busco no más que falsear el orden del discurso, por motivos de la investigación pienso ocultar el efecto paradójico de la escena misma, la aparición de Laura será entonces el punto de partida de esta historia, deberá ser entendida tal como se escribe y suponiendo que esta proyección sea posible, me propongo describir la trayectoria crítica de los hechos que sucedieron durante este re-encuentro.
”Fue entonces cuando Marx emprendió su análisis de producción capital, todo se orientaba a modo de parecer valorado hacía las relaciones fundamentales de dicha producción, se descubrió no sólo una estrategia enmarcada en la teoría fascista sobre la explotación del proletariado, sino también las condiciones que facilitaron la abolición de éste por medio de todos los campos de la cultura. De esta manera se fueron gestando los cambios necesarios en la infraestructura, y un poco más lentos en la superestructura, que finalmente terminaron por sentar las bases de nuestra revuelta politizada”.

Comentarios

casas en remate cali ha dicho que…
Me parece muy interesante la manera en la que escribes, definitivamente tus post son muy importantes y muy buenos!!
@stanislausbhor ha dicho que…
Esto es Bullying, Camilo, tanto como la burla que le costó el prestigio a la locutora de los chistes adiposos. El tiro: merecido por derrochar el tiempo en andenes y busetas. ¿Ya leyó a Gutiérrez Girardot cuando destrozó la Crónica de una muerte anunciada? Allí hubo algo más arriesgado: Bullying a la inversa. ¿Cómo se dirá cuando los pájaros tiran a las escopetas?
Juan Miguel Álvarez ha dicho que…
Camilo, obligado a hacer una selección de estas, cuando seás jurado de un premio de crónica.
Carlos ha dicho que…
Por el absurdo que muta en humor, ésta antología no me disgustó del todo, claro, son perlas fuera de contexto. Evidentemente hay ingenuidad y falta de lecturas, pero esas características también pueden percibirse en escritores "profesionales".
El consuelo para los aficionados, al no ganar los concursos, es verse publicados en blogs, no en los propios, sino en los ajenos.
Camilo Jiménez ha dicho que…
Stanislaus: de acuerdo. Es matoneo contra la mala prosa y las falsas pretensiones de valor. No me molesta asumir el papel.

Juan: tengo ejemplos también. Ya veremos.

Carlos: sin duda. Usé ejemplos tomados de manuscritos para evidenciar lo que llega a editoriales y concursos, que de ambos hay en la entrada. Se puede en cualquier momento hacer una selección similar con libros ya publicados.
eduperly ha dicho que…
Por mi parte al revisar mi obra de ficción descubro que tiene aromas a "En esta puta ciudad" y "No nos hágamos tarugos", así como notas de "Yo levantaré". Puro vino de caja.
Anónimo ha dicho que…

cruel en el cartel.
sin dudas.
Lina C ha dicho que…
Me atrevería a decir que lo mínimo que puede hacer alguien al condenar las falsas pretensiones de valor para no hacer parte del mismo costal es revelar su criterio.

No por no publicar nombres está dejando de ser un abuso. Si lo que quiere es contribuir, hágalo sin falsas pretensiones de humor. Sin contexto, además,es un ejercicio egoísta, la gente que lo lee y dice que usted tiene razón miente, no tiene las herramientas suficientes para juzgarlos.
Camilo Jiménez ha dicho que…
Duperly: hay que conocer el género bien para poder saltarse sus mecanismos, sus fórmulas.

Anónimo: la propaganda manda...

Lina: no creo que se necesite mayor contexto para evidenciar el dislate de una comparación como "Su cabello grueso, negro y bien peinado como la crin de un caballo burgués", o los disparates de los últimos ejemplos. Y si no puede ver el criterio de selección, entonces tiene usted un problema serio de apreciación.
Sebastiian GM ha dicho que…
Solo quiero hacer un paréntesis. Camilo, soy estudiante y me gustaría saber qué textos podrían ayudarme para aprender algo de este oficio de la escritura. Si podés recomendarme bibliografía, te lo agradecería enormemente. Saludos...
Marcela ha dicho que…
Siempre me he preguntado cómo hacen las editoriales para encontrar autores nuevos. Yo pensaba que ellos mandaban sus obras a la editorial con una cartita de presentación y así se conseguía la mayoría, pero usted dice que casi nunca pasa así. Entonces, ¿cómo descubren autores nuevos? ¿Concursos? ¿Recomendaciones de amigos? ¿Talleres?
Camilo Jiménez ha dicho que…
Jhon: le recomendaría leer entrevistas a grandes escritores o memorias. Las de The Paris Review son geniales, hay varios libros recopilatorios, y creo que en internet se pueden leer muchas porque son muy populares. Se llaman The Art of Fiction. On Writing, de Stephen King, es un muy buen libro de memorias de escritor, práctico y que muestra las claves del oficio. Creo que en español se llama Mientras escribo. Aquí en El Ojo fusilé hace años un fragmento de esas memorias, dele una buscadita.

Marcela: de los manuscritos de espontáneos que llegan a las editoriales con una carta de presentación se publica mucho menos del 1%. Buscan nuevos autores en concursos, en blogs, en revistas, en el voz a voz. Por otro lado, las grandes editoriales poco se arriesgan con autores desconocidos o que apenas empiezan: digamos que esperan a que se consoliden en otros espacios (de nuevo: revistas, blogs, publicaciones colectivas, etc.) y luego los invitan a publicar en la editorial. Cruel, pero así es.
Ricky Mango ha dicho que…
En casi todas esas muestras hay madera de buen escritor, y algunas no son peores que muchas de las cosas que se publican, quizá con el visto bueno de usted. Será usted un gran escritor, supongo. Porque, si simplemente es usted un intelectual elitista sin ideas como escritor, su artículo se descalifica a sí mismo.
Anónimo ha dicho que…
Me parece muy educativo… de alguna manera es un mapa de lo “no hay que hacer” como escritor. Yo percibo muchos lugares comunes, temas trillados, poca “literariedad”. O sea, trabajo de principiante o de aficionado. Cuando hablamos de oficios creativos, la mayoría piensa que “todo vale”, pero no es cierto. Existen técnicas para desarrollar el arte. Se tiene la creencia de que al combinar muchas palabras bonitas se está haciendo literatura, pero no es cierto. Desarrolar un estilo propio requiere de mucha educación y de mucho trabajo. Me gustaría leer más su opinión sobre el tema Camilo.

V.
Luisa F ha dicho que…
"Es matoneo contra la mala prosa y las falsas pretensiones de valor. No me molesta asumir el papel". Bien humilde este señor...
Eliana Castro Gaviria ha dicho que…
Es una divertida selección. Realista. Arbitraria, obviamente. Hay unos fragmentos más descabellados que otros, y solo por eso, quizás, es que duelen que estén en la misma bolsa. Lo digo por un par que son de un escritor de Medellín que es bastante bueno y dedicado. Bueno, eso decimos mi gusto y yo.
Eliana Castro Gaviria ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo ha dicho que…
Wow, no entiendo como hay gente que critica lo que Camilo hace...la complacencia nos esta matando. Los extractos publicados son una delicia para el aprendiz voraz, avido de no cometer errores. Son ejemplos para no repetir. Es muy complejo encontrar en internet ayuda para aprender a escribir, lastimosamente no todos podemos asistir a talleres de escritura (eso sin contar que muchos, y con el perdon del respetable, son de medio pelo). Excusen los acentos y errores pero ando trabajando y en PC gringo. Saludos.

Carlos
Anónimo ha dicho que…
Me dolieron los ojos de leer esto. De lejos, el peor...para mi gusto, digo.

“Sus grandes ojos de cielo circundados, por densas montañas de negro azabache, con forma de juguetonas pestañas, adornaban el tierno e inteligente rostro angelical de aquel ser intergaláctico, apología al amor y a la justicia, en cuya persona mezcla de hombre, ángel y figura mitológica, un ser supremo quiso depositar la responsabilidad de dirimir los conflictos, sortear los peligros, cuidar de la naturaleza y evitar así la auto destrucción de la raza humana.”


Carlos
Camilo Jiménez ha dicho que…
Ricky: ahí tenemos una discrepancia, porque yo en ninguno veo madera de buen escritor. Ni astillas. Lo otro ya lo hemos comentado: hay ejemplos tan descabellados como estos en obras publicadas. Mis ideas como escritor, y sobre todo como lector, están en este blog: bienvenido, las entradas están al alcance de cualquiera.

V: tiene usted razón en todo lo que dice. Hace falta escuchar; hace falta leerse críticamente, hace falta leer más críticamente también a otros. Hace falta la dosis justa de humildad y soberbia para aprender con dolor y paciencia y para mostrar a otros lo íntimo, que no otra cosa es escribir y publicar (o enviar a un concurso o una editorial). En este blog, regadas en reseñas, ensayos breves e introducción a "Fusilados" puede encontrar más ideas que tengo respecto a estos oficios a veces tan ingratos.

Eliana: usó usted una palabra que hacía falta en esta conversación: es una selección arbitraria. Por supuesto desigual también. Gracias por pasar y comentar. Seguro el escritor, si como usted dice es juicioso y dedicado, encontrará sus fortalezas y sus debilidades y sacará provecho de unas y otras.

Carlos: esa exactamente era la intención. No crucificar a nadie. No señalo a ninguna persona: señalo tendencias desafortunadas, ensayos que quedaron mal y que es mejor no repetirlos.
Roberto Balbastro ha dicho que…
Leí este post y quise dejar mi comentario, pero no supe qué escribir. Una seguidilla de 20 comentarios junto con los del administrador de este blog y sigo sin saber qué escribir. Peor aún, cómo hacerlo. Mientras espero afinar un comentario, vuelvo a leer la selección de esos fragmentos poco afortunados. Aceptar que no se tiene la vocación o el talento es el punto de partida para una pronta y gratuita rehabilitación.
Anónimo ha dicho que…
Para John Sebastian: como aprendiz de escritor que soy, me he dedicado a cazar textos que me ayuden a mejorar mi escritura, y la verdad, me he beneficiado bastante.

Primero evita todos esos libros que dicen "como escribir una novela", esos que te dan el 1, 2, 3 sobre como hacerlo. Es un engaño y no vale la pena. Se que hay muchos texto pero estos son los que yo he conseguido:

1. Para ser novelista, John Gardner (el que mas me ha ayudado!)

2. El novelista ingenuo y sentimental, de Orhan Pamuk

3. Confesiones de un joven novelista, de Umberto Eco

4. Ser escritor, de Abelardo Castillo

5. Busca en intenet todos los ensayos de teoricos de Stevenson. Yo los baje de una web argentina.

6. Arte poetica de Jorge Luis Borges.

7. Como leer y por que, Harold Bloom (muy egocentrico, pero algo se aprende)

8. Leer todos los clasicos.

Tengo muchos mas, pero ahora ando fuera de casa, si te interesa, me avisas por aqui (con permiso del dueño de casa) y te doy mas titulos.

Otra vez, excusas por los acentos y errores.

Carlos
Carlos ha dicho que…
Camilo, vuelvo a leer la entrada y siento que hay algo que no está bien. Estoy pensando si es o no apropiado hacer públicos unos textos (así sean sólo fragmentos) que unos autores enviaron a un concurso en forma anónima; y no sólo es el hecho de hacer público lo que es privado, (pues lo son en tanto textos inéditos que aunque quieren dejar de serlo, por su poca calidad no lo consiguen), sino por el escarnio a que lo sometemos los lectores de su blog.
Anónimo ha dicho que…

Pero, ¿en qué clase de recicladero se convierte este artículo? Sospechoso de ser el trasunto de uno más respetuoso, titulado 'El flaco honor de los premios literarios', publicado por la Revista Arcadia, en septiembre de 2010…

Soy el autor de uno de los bodrios (descartado por mí, tiempo atrás) que, debido a no sé cuáles razones, aquí son expuestos, cumpliendo con la máxima del blog: un editor que publica 'paja'. Descontextualizado del texto completo, el fragmento corresponde a un pseudocuento que envié a un concurso literario, en el que participé hace mucho tiempo, cuyas bases, si mal no recuerdo, refería la destrucción de los manuscritos perdedores, una vez publicado el acta del jurado. ¿Dónde queda entonces el trabajo responsable de un lector calificador, que publica y llama a los intentos literarios -mucho después-, con categorías como 'En esta puta ciudad', 'No me compares', o 'Copia por triplicado'? Y, si aprender a escribir es el propósito de aquel que se aventura a crear una obra literaria, ¿cómo o por qué tratar de esa manera a las evidencias, a las primeras experiencias? Usted, profesor universitario, ¿enseña cómo escribir o cómo no escribir? Ambas son opciones válidas, si se centran en el oficio puro de escribir y carecen de juicios morales (aquí, me parece que fueron los últimos los que dictaron su artículo).

Debe usted recordar que ni siquiera las obras clásicas son perfectas; de ahí la frase de Horacio: "indignor quandoque bonus dormitat Homerus" (me indigna que hasta el eximio Homero de vez en cuando se duerme). Con esto, no deseo justificar la mala prosa, sino dar paso a una última pregunta: ¿Con qué categoría relacionaría usted un fragmento erróneo, descontextualizado, de una obra canónica? La publicación de las frases citadas aquí se sirve del anonimato y el prestigio nulo de sus autores, para justificar los gustos musicales y cinéfilos del autor.

Por lo demás, el artículo sufre de múltiple personalidad: apela a la mesura, pero la voz dice tomar en sus manos una motosierra; a veces se muestra con la máscara de Jason, a veces con ganas de balearse en un rincón. Dice el autor que leyó más de 220 manuscritos de ficción durante diciembre y enero de 2008, fecha imposible, a menos que haya sido al revés: entre enero y diciembre de 2008. Pifias que pueden ser interpretadas como una paradoja a la frase de Unamuno, quien dijo: "Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee".
Andrés M ha dicho que…
Mesura en la narración, humildad para recibir varilla y leer como escritor. Y una terquedad a prueba de balas. Cuatro claves que tampoco garantizan luz verde en ninguna editorial. Camilo, ¿alguna referencia de Un arte espectral? Saludos.
Anónimo ha dicho que…
Va de nuevo:


Pero, ¿en qué clase de recicladero se convierte este artículo? Sospechoso de ser el trasunto de alguno más respetuoso, titulado 'El flaco honor de los premios literarios', publicado por la Revista Arcadia, en septiembre de 2010…

Soy el autor de uno de los bodrios (descartado por mí, tiempo atrás) que, debido a no sé cuáles razones, aquí son expuestos, cumpliendo con la máxima del blog: un editor que publica 'paja'. Descontextualizado, el fragmento corresponde a un pseudocuento que envié a un concurso literario, en el que participé hace mucho tiempo, cuyas bases, si mal no recuerdo, refería la destrucción de los manuscritos perdedores, una vez publicado el acta del jurado. ¿Dónde queda entonces el trabajo responsable de un lector calificador, que llama a los intentos literarios -mucho después-, con categorías como 'En esta puta ciudad', 'No me compares', o 'Copia por triplicado'? Y, si aprender a escribir es el propósito de aquel que se aventura a crear una obra literaria, ¿cómo o por qué tratar de esa manera a las evidencias, a las primeras experiencias? Usted, profesor universitario, ¿enseña cómo escribir o cómo no escribir? Ambas son opciones, si se centran en el oficio puro y carecen de juicios morales (aquí, me parece que fueron los últimos los que dictaron su artículo).

Debe recordar que ni siquiera las obras clásicas son perfectas; de ahí la frase de Horacio: "indignor quandoque bonus dormitat Homerus" (me indigna que hasta el eximio Homero de vez en cuando se duerme). Con esto, no deseo justificar la mala prosa, sino dar paso a una última pregunta: ¿Con qué categoría relacionaría usted un fragmento erróneo, DESCONTEXTUALIZADO, de una obra canónica? La publicación de las frases citadas aquí se sirve del anonimato y el prestigio nulo de sus autores, para justificar sus gustos musicales y cinéfilos.

Por lo demás, el artículo sufre de múltiple personalidad: apela a la mesura, pero la voz dice tomar en sus manos una motosierra; a veces se muestra con la máscara de Jason, a veces con ganas de balearse en un rincón. Dice usted que leyó más de 220 manuscritos de ficción durante diciembre y enero de 2008, fecha imposible, a menos que haya sido al revés: entre enero y diciembre de 2008. Pifias que pueden ser interpretadas como una paradoja a la frase de Unamuno, quien dijo: "Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee".
Anónimo ha dicho que…
Andres...Un arte espectral de Norman Mailer es un libro excelente. Tiene reflexiones del escritor en cuanto al ejercicio de su escritura, de sus principales novelas. Lo compre en promocion en una de las Ateneo de Buenos Aires, y se olvido mencionarlo en la lista que hice arriba de los mejores libros que ayudan al escritor en ciernes.

Otro bueno y local, es el libro de Betuel Bonilla Rojas, llamado El arte del cuento...lo recomniendo a ojo cerrado.

Carlos O. (tendre que poner la inicial de mi apellido para no confundirme con el otro Carlos)
Anónimo ha dicho que…
Camilo, una pregunta...se te puede contactar a tu correo electronico? es el mismo que aparece en tu blog?

Carlos O.
Camilo Jiménez ha dicho que…
Roberto: con lo que escribió, basta. Tiene usted razón: aceptar que uno se pifió enseña. No es fácil.

Carlos: invaluable aporte de lecturas. Las Cartas a un joven novelista de Vargas Llosa están muy bien. En el portal Ciudad Seva hay muchos textos sobre el arte de escribir escritos por los grandes maestros.

El segundo Carlos: aquí no se está señalando a nadie en particular. Se están señalando vicios de la prosa principiante, con algo de humor para que justamente no sea un paredón. Pude haber dicho que inventé estos fragmentos, y aunque quizá el efecto no hubiera sido tan contundente, hubiera develado los mismos asuntos. Es un tema para darle vueltas.

Anónimo: gracias por el aporte. Me alegra que haya descartado el bodrio y haya seguido el camino: de eso se trata. Lo relativo a la "descontextualización" ya lo comenté en una intervención anterior en el foro.

Andrés M: es un buen libro, está el espíritu de Mailer en cada página. Habla del taller del escritor, pero también de la industria. No tiene pierde.

Carlos O: buscaré el de don Betuel. No lo conocía. y sí: me puede escribir al correo que aparece en mi perfil. Será un gusto conversar por ahí con usted. Saludos y gracias como siempre por los aportes tan valiosos a la conversación.
S ha dicho que…
Me gustó (y me reí) mucho cuando lo leí hace dos de años, y pensé que por temas de corrección polìtica esto estaba perdido para siempre. Que bueno que no.
Al rico libro ha dicho que…
O soy muy poco exigente o he tenido mucha suerte, pero entre los libros autopublicados, independientes o cómo queráis llamarlos que he leído, he encontrado más cosas buenas que malas.
Anónimo ha dicho que…
Bueno, para los que les interesa el tema la escritura, les cuento que ha caido en mis manos un libro fenomenal. Se llama "El arte de la ficción", escrito por David Lodge y publicado en su traducción al español por la editorial Península de España. Es una joya!!! Para la muestra trascribo apartes del análisis que hace su autor del comienzo de Lolita, de Nabokov (página 141)

"La regla de oro de la prosa de ficción es que no hay reglas…excepto aquellas que cada escritor se fija a sí mismo. La repetición y la simplicidad funcionaban (en general) para los propósitos artísticos de Hemingway. La variación y el ornato funcionaban para los de Nabokov, especialmente en el caso de lolita […]
Hay naturalmente mucha repetición en el primer párrafo de la novela, que acabamos de citar, pero no es repetición léxica, como la que encontramos en el extracto de Hemingway comentado en la sección anterior. Aquí se trata de estructuras sintácticas paralelas y sonidos similares; de hecho, precisamente el tipo de repetición que uno espera encontrar en poesía. Hay una verdadera exhibición pirotécnica de aliteraciones: por ejemplo, en el primer párrafo de eles y tes que explotan brillantemente, en una entusiasta celebración del nombre de la amada: light (luz), life (vida) loins (entrañas), tip (punta), tongue (lengua), trip (viaje), Lo.Li.Ta.

Cada uno de los cuatro párrafos muestra un tipo de discurso diferente. El primero es un arranque lírico de exclamaciones, sin verbos finitos. Su salva inaugural de metáforas es extravagante y levemente arcaica en dicción: light of my life (luz de mi vida), fire of my loins (fuego de mis entrañas), my sin (mi pecado), my soul (alma mía), (nueva aliteración aquí). La siguiente metáfora, la de la lengua que viaja desde el borde del paladar al borde de los dientes, es más casera y humorística, pero atrae nuestra atención sobre un órgano usado tanto para la elocuencia como para la lujuria, que en este personaje nunca están muy alejadas una de la otra.

El segundo párrafo se basa en tiernos recuerdos. Una serie de oraciones de idéntica estructura rememora los distintos nombres de la amada como una letanía profana: “Era Lo…Era Lola…Era Dolly…Era Dolores…Pero en mis brazos era siempre Lolita”. Se le podría poner música. […]
El tercer párrafo toma otro rumbo. Es más coloquial. En él el narrador contesta las supuestas preguntas de un interlocutor no especificado, como en un monólogo dramático: “¿Tuvo una precursora?”. La respuesta afirmativa incluye una redundancia poética: She did, she did (literalmente “la tuvo, la tuvo”). La frase forense in point of fact (en realidad) nos prepara para la evocación explicita de jun tribunal como contexto de la historia (se supone que Humbert está redactando su defensa mientras espera el juicio). “¿Cuándo?”. La respuesta, indirecta, y en forma de acertijo a esa pregunta, subraya la diferencia de edad entre Humbert y Lolita.

En este párrafo empieza el interés narrativo, al suscitarse preguntas sobre causas y efectos (“no hubiera podido existir…si no hubiese…”) y sobre la identidad de la “otra niña iniciática”. La calidad poética de la prosa resulta realzada por la alusión implícita a un poema muy conocido de Edgar Allan Poe, “Annabel Lee".


Consíganlo que vale la pena.

Carlos O.
María del Mar ha dicho que…
Esta antología me hace pensar en una frase que copié hace un tiempo de un documental sobre Coltrane: "He would practice during the day, play at night, play during intermission in the kitchen or the men's room, go home and play at night, fall asleep with the horn on his chest. (He) practiced like a men with no talent and he had all the talent in the world."
Eventos en Cali ha dicho que…
como siempre muy buen relato