Fusilado: Jonathan Swift



Desde pequeño la tuvo difícil el extraordinario escritor y misántropo de profesión Jonathan Swift: su padre murió unos meses antes de que naciera; su madre, en la inopia, renunció a su hijo y lo entregó a la señora que lo cuidaba. Después y durante años estuvo pasando de familiar en familiar hasta que aterrizó en casa de sir William Temple, político y diplomático. Fue secretario del noble durante más de diez años, y ésta fue la puerta de entrada al mundo político y literario británico del siglo XVIII: bajo su cobijo se convirtió en clérigo de la iglesia anglicana y en escritor temido por su prosa filosa y su ardida sátira contra gentes y costumbres de su tiempo. Hippolyte Taine escribió sobre él: “panfletario contra la oposición y contra el gobierno, despedazó o destrozó a sus adversarios haciendo uso de la ironía y de sus comentarios sentenciosos, con su tono de juez, soberano y verdugo. Hombre de mundo y poeta, inventó el sarcasmo impío, la risa fúnebre, la alegría convulsa de contrastes amargos; y arrastrando los arneses mitológicos como si fueran un guiñapo con el que hay que cargar, se construyó una poética personal mediante la plasmación de los detalles más crudos de la vida trivial, del impacto doloroso de lo grotesco, y de la revelación implacable de la inmundicia que ocultamos”.

Semejante talante le valió enemistades y amarguras: pocas de sus obras fueron publicadas con su nombre, y aun algunas de ellas circularon manuscritas durante años antes de que algún editor sin hígados se animara a publicarlas. Sólo por Los viajes de Gulliver, un éxito instantáneo y permanente entre el público inglés y luego europeo, le pagaron por algo que hubiera escrito: 200 libras. El brillo y éxito de esta obra apagaron un poco la luz de las demás, entre las que se cuentan sátiras terribles, impecablemente escritas y argumentadas como El cuento de la barrica, Argumentos contra la abolición del cristianismo, Meditación sobre un palo de escoba, Una propuesta para el uso universal de la manufactura irlandesa. Conocida también y citada –aunque cada vez menos, una verdadera lástima– es su demoledora Una humilde propuesta para evitar que los niños de Irlanda de condición modesta sean una carga para sus padres y para el país, y para que la sociedad se beneficie de ellos: conocida también como “Una modesta proposición”, propone que los niños pobres sirvan de alimento a los ricos. Imperdible.

¿Amores? Registrados apenas dos: Esther Johnson, la hija del ama de llaves de sir William Temple, con quien parece que se casó al escondido y a quien le dedicó una de sus obras, Journal to Stella), y Hester Vanhomrigh, a quien se dirigía en sus escritos como Vanessa, una fiel lectora bastante más joven que él, quien lo abandonó cuando supo de su larga relación con Stella. Dicen que murió de amor dos años después de dejar al clérigo malaúva. ¿Enemigos? “Legión es mi nombre, porque somos muchos”. Su obra comenzó conocerse en Europa gracias a Voltaire, quien promovió su traducción al francés y le escribió en alguna carta: “Cuanto más leo sus obras, más avergonzado me siento de las mías”. Con la vejez se agudizó su misantropía y fue declarado incapaz. Murió en su casa de deán en 1745, y fue enterrado al lado de su amada Stella.



Ideas para sobrevivir a la conjura de los necios

La razón por la cual tan pocos matrimonios son felices es que las jóvenes se pasan el tiempo tejiendo redes en lugar de construir jaulas.

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La crítica es el impuesto que un hombre paga al público por ser eminente.

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Es una máxima aceptada entre los abogados que todo aquello que se ha hecho con anterioridad, puede volver a hacerse legalmente de nuevo.

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Ningún hombre sabio ha deseado nunca ser más joven de lo que es.

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El granjero Anthony Henley, agonizando víctima del asma, dijo: “Bueno, si logro expirar este aliento, ya me cuidaré de no volver a dejarlo entrar”.

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La prédica de los eclesiásticos ayuda a salvaguardar el camino virtuoso del hombre inclinado hacia la virtud, pero raramente o nunca redime al vicioso.

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Todos los seres humanos desean tener una vida larga, pero nadie quiere ser viejo.

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A Sileno, el padre de Baco, siempre lo lleva un asno y tiene cuernos en la cabeza. La moraleja es que los borrachos son guiados por idiotas y tienen grandes posibilidades de convertirse en cornudos.

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Venus, una bella y bondadosa muchacha, era la diosa del amor; Juno, una terrible fiera, la diosa del matrimonio. Y siempre fueron enemigas mortales.

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Se valora en una mujer un mínimo de agudeza, del mismo modo que nos agrada que un loro diga algunas palabras.

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Debo quejarme de que las cartas están mal barajadas hasta que tenga una buena mano.

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Nadie acepta consejos, pero todo el mundo acepta dinero; por tanto el dinero es mejor que los consejos.

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La vida no es una farsa, es una tragedia ridícula, que es el peor de los géneros.

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Me pregunto si las iglesias no son lugares de reposo para los vivos igual que para los muertos.

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Las dos máximas de cualquier hombre importante en la corte son no perder nunca la compostura y no mantener jamás la palabra.

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Si los hombres de talento y genio decidieran no quejarse jamás en sus escritos de sus críticos y detractores, la siguiente generación jamás sabría que los han tenido.

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El verdadero crítico cuando examina un libro es como un perro en un festín, ya que su pensamiento y su estómago están concentrados en lo que arrojan al suelo los comensales, y por eso ladra más cuantos menos huesos encuentra para roer.

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En cuanto a la profundidad, ocurre con los escritores como con los pozos. Una persona con buena vista es capaz de ver el fondo del pozo profundo siempre y cuando haya agua en él; mientras que si en el fondo no hay más que sequedad y fango, aunque el pozo tenga poco más de un metro de profundidad, parecerá a simple vista extraordinariamente profundo, sin otro motivo que el de ser extraordinariamente oscuro.

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No hay en este mundo nada constante, salvo la inconstancia.

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Resulta tan barato estar de pie como sentado.

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¿Quién fue el audaz que se comió por primera vez una ostra?

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¡Dios mío! Me pregunto quién fue el loco que inventó el beso.

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Los mejores médicos del mundo son el doctor Dieta, el doctor Sosiego y el doctor Alegría.

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La comida del soltero: pan, queso y besos.

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El otro día mantuvimos una larga discusión sobre el amor y ella me citó un dicho que me pareció excelente: que en el caso de los hombres el deseo engendra el amor y en el de las mujeres el amor engendra el deseo.

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Mi principal propósito en todo lo que hago es antes sacar de quicio que divertir a la gente; y si pudiese conseguirlo sin poner en peligro a mi propia persona o fortuna sería el más incansable escritor que jamás haya visto usted.

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Considero que una persona no puede ser absolutamente miserable, a menos que esté condenada a vivir en Irlanda.


Propósitos para cuando llegue a viejo

No casarme con una mujer joven.

No relacionarme con los jóvenes a menos que ellos me lo pidan.

No ser malhumorado, ni taciturno, ni desconfiado.

No desdeñar los usos, reputaciones, modas, guerras, ni a los hombres actuales.

No encariñarme con los niños, ni permitir siquiera que se acerquen a mí.

No repetir la misma historia una y otra vez a los mismos interlocutores.

No ser codicioso.

No descuidar el decoro ni el aseo personal, para no resultar repugnante.

No ser demasiado severo con los jóvenes, sino mostrar indulgencia con sus locuras juveniles y sus flaquezas.

No dejarse incluir ni prestar atención a los chismes ruines de los criados u otras personas.

No prodigarse en consejos ni abrumar a nadie, excepto a aquellos que me lo pidan.

Pedirles a algunos buenos amigos que me comuniquen cuáles de estos propósitos quebranto o desatiendo, y me digan cuándo lo he hecho, para enmendarme.

No hablar mucho, ni siquiera de mí mismo.

No alardear de mi apostura, vitalidad o fortuna de antaño ante las damas u otras personas.

No prestar atención a los halagos, ni imaginar que puedo despertar el amor de una joven dama et eos qui hereditatem captan odisse ac vitare*

No ser categórico ni porfiado.

No empeñarme en cumplir todas estas reglas, no vaya a ser que al final no observe ninguna.

* Y aborrecer y evitar a quienes ambicionan mi herencia.


Lo fusilamos de: Jonathan Swift, Ideas para sobrevivir a la conjura de los necios, Barcelona, Ediciones Península, 2000, 122 páginas. Selección, traducción, presentación y apéndice de Mauricio Bach.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Muy sabrosa la selección. De los viajes de Gulliver, no hay que perderse la diatriba que le dedica a los abogados y a las leyes.
Esteban Dublín ha dicho que…
Camilo, qué buen fusil. El día que conocí la propuesta de Swift para hacer de los niños alimento, no te niego que sentí una repugnancia absoluta. Con el tiempo me sentí un completo imbécil al no haber comprendido el mensaje que en realidad quería dar.

Con esto de las máximas me divierto mucho.
Javier Moreno ha dicho que…
Qué feo era el pobre.
Carlos Augusto Jaramillo ha dicho que…
Jonathan Swift inventó la palabra Yahoo, escribió algunas de las más brillantes sátiras de la historia de la literatura, odió y amó como nadie al género humano, y en su testamento destinó parte de su patrimonio para la construcción de un “hospital para idiotas y lunáticos”, institución que aún hoy existe en Dublín (el Hospital de San Patricio).
Hay cierto aire de paradoja en el hecho de que los escritos de Swift sean leídos aún, más de 250 años después de la muerte de su autor. Porque toda su obra fue escrita para responder a motivos circunstanciales, a problemas de su entorno. Y aun así, al leer sus mejores páginas, uno siente que le habla un contemporáneo brillante y despiadado. El propio Swift declaró en una de sus cartas a Alexander Pope: “El principal fin que me propongo en todos mis trabajos es vejar al mundo antes que divertirlo, y si pudiera cumplir este destino sin perjudicar mi propia persona o mi fortuna, sería el más infatigable escritor que tú hayas visto”.
Con acierto anotó Hernando Valencia Goelkel que Swift apreciaba, más que el arte literario en sí mismo, “la eficacia –derribar un gabinete, desenmascarar una estupidez, hacer reír a unos amigos— y la pertinencia, lo que pudiera, así fuera brevemente, repercutir en el aquí y el ahora”. Lo sorprendente es que haya logrado todo eso que se propuso y, además, sin proponérselo, atravesara los siglos posteriores como el maestro indiscutible de la sátira, del arte de insultar. Resultó, pues, que el aquí y el ahora de Swift consta por el momento de dos siglos y medio, y probablemente se extienda hasta el final de la raza humana.
Perdón por el fárrago, pero es que Swift me emociona. Una pregunta final: ¿no hay algo de injusticia poética en que uno de los portales más populares se llame 'yahoo' y uno de los carros más populares sea el 'swift'?
Johan Bush Walls ha dicho que…
Esos viejitos de antes, uno no puede andar por la vida sin leerlos, muy buen texto maestro Camilo, me gusta esa puntería que tiene para fusilarlos.

También se agradece el aporte de los maestros Carlos A. y Pablo R. cualquiera de los dos que haya sido.

Salú pue.
Camilo Jiménez ha dicho que…
Sí, Johan, bonitas las palabras de Carlos A. y Pablo R. (para mí que fue Pablo, porque conozco de su amor por los autores satíricos tipo Swift). Y también las suyas para estos fusiladitos del blog. Gracias a ambos.
Anónimo ha dicho que…
Gracias a Dios, gracias a mis patrocinadores. Gracias. Mil gracias.
Johan Bush Walls ha dicho que…
Anónimo: Que bien da usted las gracias, pero le hubiera quedado mejor así, ponga atención.

Gracias, gracias a mis patrocinadores, mil gracias, gracias a Dios.

Si se da cuenta, de esa forma irían "In crescendo", ¿qué le pareció la fracesita?

Salú pue.
Camilo Jiménez ha dicho que…
Anónimo tan gracioso.
Recomenzar ha dicho que…
Interesante blog. Volveré por más placer haberte leído
Apelaez ha dicho que…
Johan, discrepo. Me gusta más como suenan las gracias del anónimo.

En el colegio tuvimos un entusiasta profesor que nos introdujo a Swift. Lo recuerdo perfectamente haciendo el sonido de unos caballos que salian en alguna obra del señor: hhuun, hhuun, era la cosa.

Bien ridiculo se veia el profe haciendo ese ruido, sobre todo porque le pediamos muertos de risa que porfavor lo repitiera y el profe, tan candido, lo repetia y repetia pensando que Swift nos parecia muy gracioso.
Anónimo ha dicho que…
Camilo, me imagino que usted está aplicando ese de No acercarme a los jovenes a menos que ellos me lo pidan.
Anónimo ha dicho que…
lo de los niños asados ¡seguro! reprobar a quienes toleran, por ejemplo, la explotación del trabajo infantil o el servicio militar obligatorio, en lugar de meterse con Swift, que ya tiene suficiente encima con el fardo de su propia cabeza. dudo mucho que fuera capaz de comerse un pelao´, por lo demás.
Anónimo ha dicho que…
El Dueto de Antaño, Iván y Lucía, The Sisters Street, Carlos y Pablo, El Gordo y El Flaco, Benitín y Eneas, muy pronto.
Unknown ha dicho que…
"Venus, una bella y bondadosa muchacha, era la diosa del amor; Juno, una terrible fiera, la diosa del matrimonio. Y siempre fueron enemigas mortales.

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Se valora en una mujer un mínimo de agudeza, del mismo modo que nos agrada que un loro diga algunas palabras."
Anónimo ha dicho que…
Tan machista Tim, se nota que no conoce mujeres agudas... confórmese con loras...o loros
salve, Camilo
en tu J Swift, has selecionado extractos interesantes y fusilables.
por aquí te estaré visitando.
Anónimo ha dicho que…
M A M E R T O S