¿Cómo no alegrarse por la buena idea? ¿Cómo no alegrarse por
la prensa que ha tenido este libro, por el interés que ha despertado? ¿Cómo no
comprarlo? Fue lo que hice hace pocos días, tan pronto tuve el tiempo y el
dinero –vale 80 mil pesos–. Con él en las manos llegaron gratos encuentros: el atinado
trabajo tipográfico, el papel robusto que da sensación de calidez, el
aprovechamiento de los recursos –parece impreso a todo color, pero sólo se usan
dos tintas a lo largo del libro–. Aprecié encontrar una fe de erratas: ese
detalle de cortesía cada vez se tiene menos con nosotros los lectores. La tapa
dura, la sobrecubierta bien pensada… En fin: otra muestra del estupendo trabajo
de John Naranjo y sus colaboradores en la editorial que él dirige. Sin duda, Naranjo
es uno de los mejores diseñadores editoriales del país.
El libro está dividido en cuatro partes, cada una dibujada
por alguien distinto; el guión de toda la novela fue hecho por Óscar Pantoja. Hay
una línea más o menos consistente en todo el trabajo gráfico; las diferencias
en el trazo se alcanzan a notar pero no estorban, y más bien condimentan la
lectura. A excepción del último pasaje, compuesto por la “Parte Cuatro” y el
“Epílogo”, dibujados por Julián Naranjo, donde el rompimiento es mayor y se
nota el cambio. Y será cuestión de gustos, pero la línea burda, el trazo tembloroso
de esta última parte me molestó bastante. Creo que el trabajo de este
ilustrador no estuvo a la altura de los demás.
Mi parte favorita fue la tres: noté un trabajo profesional y
bien hecho con las viñetas; puedo advertir que el autor, Felipe Camargo, está
familiarizado con los recursos que provee el género de la novela gráfica. Esta
parte a su cargo se ve mejor armada, como pensada con mayor cuidado (véanse las
páginas 112 a 114 como pequeña muestra). En la “Parte Dos”, a cargo de Tatiana
Córdoba, me gustó encontrar recreadas un par de fotos famosas: la de la turba
arrastrando el cadáver de Juan Roa Sierra por las calles de Bogotá y la foto de Gabo y Plinio en París en la década del sesenta. Creo que hay otras,
pero no estoy seguro. El trabajo de Córdoba con los rostros es el mejor de los
cuatro ilustradores; las viñetas con planos generales le quedan mejor a Miguel
Bustos, encargado de ilustrar la “Parte Uno”.
Ahora bien, si el libro como objeto me regaló varias
alegrías, el guión me trajo no pocas decepciones. Noté en él casi ninguna
gracia: lo vi plano, soso. Por momentos me sentí leyendo una biografía
ilustrada de Gabo tomada de Wikipedia. La elección estética más arriesgada de
Óscar Pantoja fue alterar la cronología y enfocarse en el momento de creación
de Cien años de soledad: el libro
comienza cuando Gabo, su esposa y sus dos hijos van en carro hacia Acapulco, en
1965, cuando al Nobel colombiano se le hizo clara en su mente la novela que venía incubando desde hacía por lo menos treinta años. Y regresa a ese momento en dos o tres
ocasiones más. Por lo demás, poco humor, transiciones y acotaciones escritas
como por cumplir, redactadas. El abuso en el recurso un poco manoseado de
repetir un estribillo: “Muchos años después…”. Creo que el personaje merecía un trabajo literario más
esmerado.
En resumen, una muy buena idea editorial, ejecutada con
suficiencia en la parte gráfica y de producción, mas no en la literaria.
Conviene no olvidar que el género se llama novela gráfica, es decir, que el
peso estético no recae sólo en los dibujos, sino que se reparte entre éstos y
el guión.
Óscar Pantoja, Miguel Bustos, Felipe Camargo, Tatiana
Córdoba y Julián Naranjo, Gabo. Memorias
de una vida mágica, Bogotá, Rey Naranjo Editores, 2013.
Comentarios
Sobre el guion, lamentablemente debo decir que brilla por su pobreza y sobre los dibujos, para mí gusto, son más bien inexpresivos.
Y no funciona, porque un guion y dibujos flojos, no logran una obra redonda. Claro, podrá decirse, que esa no era la intención, que simplemente es un homenaje, que está dirigido a un público no especializado, ni familiarizado con las historietas, pero...
- Notas de un viejo verde, que reúne historias de Charles Bukowski dibujadas soberbiamente por Matthias Schultheiss.
- Kafka, del maestro Robert Crumb y David Zane Mairowitz. Ediciones La Cúpula.
- Los cuentos de Maupassant, adaptados por Dino Battaglia (quien también ha adaptado varios textos de Poe).
- Ciudad de cristal (novela de Paul Auster), Paul Karasik y David Mazzucchelli. Anagrama.
- Informe sobre ciegos (Ernesto Sábato), Alberto Breccia.
Santiago: lo mejor es que usted mismo le dé una mirada, lea en la librería unas cuantas páginas. Y ahí tome la decisión de comprarlo o no.
Alfonso: si no le entusiasman los dibujos, menos le va a interesar el guión. Pero le digo lo mismo que le dije a Santiago: dele una mirada en la librería y si le pica la curiosidad, adelante.
Saludos y gracias por pasar y comentar.
http://kerlames.blogspot.com/search/label/Cómics
Carlos O.