Los pensamientos despeinados de Jerzy Lec


Será el agua de sus ríos, el clima, los vientos que la cruzan, sus fronteras porosas y cambiantes, la seguidilla de invasores que ha tenido desde hace mil años. Quién sabe qué será lo que provoca ese humor al tiempo brillante y amargo de los escritores polacos, esa visión del mundo tan crítica y sardónica… Y no pienso en dos o tres: Wislawa Szymborska, Adam Zagajewski, Czelaw Milosz, Isaac Bashevis Singer, Bruno Schulz, Slawomir Mrozek, Witold Gombrowicz, y por favor: Joseph Conrad… Todos son escritores de primera, todos comparten esa mirada de reojo y con reservas.

Stanislaw Jerzy Lec condensa todo ese ingenio áspero en dos o tres líneas. Poco pude encontrar sobre su vida en una búsqueda rápida. Nacido en 1909 y muerto en 1966, fue poeta, pero no fueron sus versos sino sus aforismos los que se convirtieron en universales. “La severidad de sus aforismos hace pensar en la crueldad de las bromas callejeras de Varsovia, en la agudeza del espíritu vienés y en el humor judío”, escribió el Nobel Czelaw Milosz.

Editorial Península hizo una primera edición de su libro más famoso, Pensamientos despeinados, en 1996, con traducción de Emilio Quintana. Ahora, la estupenda editorial Pre-Textos trae otra edición, traducida por Elzbieta Bortkiewicz y Abraham Gragera. Sin más preámbulos, aquí hay unos cuantos, para que se antojen y vayan por el libro. Lo conseguí en La Madriguera del Conejo en Bogotá, pero la editorial tiene una buena distribución en el país, así que debe estar en todas las librerías que vale la pena visitar. Creo que no hay por estos días en las mesas de novedades un mejor libro para comprar y leer.


Pensamientos despeinados (fragmento)

Una ventana al mundo puede taparse con un periódico.

Si el arte de la conversación alcanzara un nivel más alto, la tasa de natalidad sería más baja.

Incluso en su silencio había faltas de ortografía.

Las rosas huelen profesionalmente.

También los masoquistas lo confiesan todo bajo tortura. Por gratitud.

Siempre habrá esquimales que elaboren pautas de comportamiento para los del Congo Belga en épocas de fuerte canícula.

“Con los eunucos se puede hablar largo y tendido”, contaba una integrante del harén.

El instante en que uno descubre su falta de talento es un destello de genialidad.

Sólo los genios y los estúpidos son intelectualmente autosuficientes.

¡Hay que popularizar el elitismo!

Algunos padecen hipertrofia de glándulas políticas.

Lo lapidaron en un monumento.

Cada siglo tiene su Edad Media.

Al principio era el Verbo. Al final la Verborrea.

¿Él? ¡Su ignorancia es enciclopédica!

¿Son inteligentes las mujeres desnudas?

Se apretaron tanto el uno contra el otro, que no quedaba sitio para los sentimientos.

Un consejo para los escritores: llega un momento en el que hay que dejar de escribir. Incluso antes de empezar.



Stanislaw Jerzy Lec, Pensamientos despeinados, Valencia, Pre-Textos, 2014, 227 p. Traducción de Elzbieta Bortkiewicz y Abraham Gragera.




Comentarios

Carlos ha dicho que…
Camilo, en esos días ando leyendo la versión de 2001 de "La sabiduría sin promesa. Vida y letras del siglo XX", allí, Christopher Domínguez Michael escribe un pequeño texto sobre Lec que finaliza con el siguiente pensamiento descabellado (sinónimoque usa CDM): "El diablo no duerme. Sea con quien sea". Con seguridad, en ese momento el mexicano leyó la edición de Península. Otra cosa, revisando el catálogo de la Biblioteca Luis Ángel Arango, aparece una pequeña selección nacional de los "Pensamientos..." editada en Roldanillo por el Museo Rayo en 1987. Cordial saludo.
Camilo Jiménez ha dicho que…
Carlos: ese aforismo de Lec es de los mejores. Aunque, con semejante nivel, no hay buenos y malos: hay mejores y, como dirían en mi tierra, "más mejores". Curiosa la edición del Museo Rayo que mencionas... Ese es un buen tema para una columna, ensayo, reflexión o, como me gusta llamar a ese género, devaneo: las ediciones perdidas que se hacen en provincia. Tantos "trabajos de amor perdidos"... Saludos.