Ahora sí me toca mencionar por encima el origen de los manuscritos que leí durante los últimos dos meses, y que dieron origen a la entrada “Dan ganas de balearse en un rincón”. Esos manuscritos venían de un concurso nacional reciente, otros de un concurso internacional de prestigio, los de más allá fueron enviados a la revista donde trabajo y los demás los tenía por ahí pendientes para lectura o bien ya los había leído y los tenía como modelo de lo que hacen los escritores en formación. Como dije en la introducción a la breve antología, quise borrar cualquier rasgo que identificara el origen o la autoría de los textos. Sin embargo, uno de los organizadores de uno de los concursos me pidió amablemente que retirara la entrada, y he decidido hacerle caso. No debo entrar en detalles por ahora: más adelante volveré a colgarla con los comentarios de los visitantes y con una coda amplia, que intente dar una visión panorámica sobre lo que los editores encontramos en los manuscritos que nos llegan. Por ahora, reemplazo esa entrada con otra selección de disparates, esta vez no involuntarios sino calculados por un genio del mamagallismo.
Comentarios
Saludos desde Baires,
APG
No es un problema estético, además, ni literario. Es un problema ético: que cada quien escriba como se le dé la gana, y ahí verán los soñadores si mandan sus manuscritos donde estos jueces soberbios e iletrados. Pero salir, sin consentimiento, a señalar las lacras de la pobre gente me parece peor que escribir como ella. Mucho peor. Además ese es un mal que no se corrige; mientras que el estilo, ese pequeño triunfo de la vanidad, sí. Y para eso hay tiempo.
Para ser un hijueputa, en cambio, basta nacer.
No les haga caso, es mejor no pasarles balón.
Sus razones tendrá para haber publicado y luego quitar la entrada.
Sigo creyendo que no tenía nada de crueldad, ni afán de molestar; claro que a mi también me ha hecho falta únicamente nacer.
Salú pue.
Piruchi.
Primero que todo, se le nota que planeó la carta como cuatro días seguidos para que no se notara que fue uno de los concursantes.
En segundo lugar, si alguien es capaz de mandar algo tan malo a un concurso (así sea el del barrio) eso le debería dar más pena que salir citado en un blog y sin nombre.
En tercer lugar, no es culpa de Camilo caer en cuenta de que alguien escribe mal; es su trabajo y bien que lo hace.
En cuarto lugar, por lo menos él sí se leyó los cuentos con atención (tanta que los citó); la mayoría de los jueces los habrían tirado a la basura de una.
En quinto lugar, si cualquiera de las personas que escribiern esos cuentos esperaban ser publicadas, al menos se les cumplió el sueño. Favor que les hizo.
Por último, ¿qué puede decirse de un pelmazo que hace insulta sin poner la cara? Por lo menos Camilo firma. Vaya échele sus discursos de ética a otro hipócrita como usted.
Lo escrito, escrito está.
Y sigo diciendo que leer esos fragmentos me pareció bastante útil, es toda una lección de escritura. Los que vieron algún escrito suyo ahí, con los años se darán cuenta de la lección que Camilo les dio (que nos dio a todos).
todos los que quieren ser escritores saben que van a recibir malas críticas, que alguien se va a burlar, para ser bueno en algo hay que sacar callo, las críticas, creo, son lo único que hace que uno saque callo.
Yo creo que lo que Camilo hizo es un ejercicio sano, no dijo los nombres de los escritores, y sólo ellos saben quienes son, el único mal que hizo son unos poquito egos aporriados, pero en un tiempo lo van a agradecer
y vos llegaste en una cápsula del tiempo, de los 80's, cuando la gente se declaraba admiradora de alguien.
Además, como lo dijo Camilo Jiménez en una entrada vieja, estas son apenas sus opiniones. Es honesto de su parte decirlo, y sería un error pensar que, a pesar de esa precisión, lo que hay en el blog es un desfile dogmático de juicios infalibles.
¿Entonces no todos eran de un concurso? Mierda me sorprende no haber encontrado un fragmentito mío ahí. De todas maneras creo que el tono de algunos de los que comentan aquí al respecto es como: ¡Dios mío que gente tan bruta, ¿pa que escribe?! Como si ellos fueran mucho mejores o yo no se. Creo que si algo le falta a este mundillo editorial es humildad, así suene medio lastimero. Un abrazo Camilo.
Me parece un error grave de su parte haber colgado ese post. Me parece que de alguna manera traiciona la buena fe de los organizadores de los premios que confiaron en usted como jurado o evaluador, pues supongo que ellos asumían su confidencialidad. No sé si les pidió permiso a ellos para colgar esto, pero dado que ellos lo contrataron a usted, sería lo mínimo que debió haber hecho. De alguna manera usted los representa.
Si lo que quería era "enseñarle" algo a las personas que escribieron, debió hablar con ellos directamente. Claramente esa no era la intención.
Uno como editor recibe cosas mucho peores que esta y es terrible, y lamentablemente la gente cree que lo que escribe es bueno y no lo es. Las razones son muchas, ignorancia, estupidez, falta de oficio, falta de lecturas, retraso mental, etc., etc., pero para eso el lector o editor tiene la opción de dejarlos de leer y rechazarlos.
Saludos,
Carlos Castillo.
Igual gracias por la publicacion de los textos, de haber sabido que los iba a descolgar los habria guardado para divertirme de vez en cuando. Se ve que Anagrama ha vendido Bukowski al por mayor, bien por ellos.
Voy por partes. Yo no defiendo la calidad estética de los fragmentos que Camilo refirió. Pero estoy de acuerdo con Carlos Castillo: ahí hubo un asalto a la buena fe: no sólo a la de los organizadores de los concursos, sino también, y sobre todo, a la de los participantes. Porque no creo que en las bases se estipulara, como premisa o aun como requisito, que "quien mande sus textos al certamen se atiene a que uno de los filtros del mismo publique en un blog fragmentos lamentables que harán las delicias de su pandilla habitual". No. Sería un concurso bellísimo, eso sí, destinado a los malos escritores: gana el peor.
Pero una cosa es que uno quiera publicar, y otra que lo que uno manda a un concurso sea público. Y no: la gente manda sus originales por una vía privada y particular (a veces con identidad secreta), y confía en que por lo menos la van a respetar. Claro: quien participa en los concursos, quien escribe, cree siempre que lo suyo es una obra maestra, y que falta sólo que alguien se dé cuenta de ello para saltar a la gloria. Y es un error, sin duda, pero para eso (si la crítica quiere de verdad ser útil, por implacables que sean sus maneras) está el recurso de los informes de lectura, o una opinión detallada del jurado o lo que sea. Pero sacar, sin el consentimeinto de los implicados, fragmentos deplorables para que una parranda de ignorantes (y malos escritores, o tan malos por lo menos como los que son botados a los leones) se burle sin parar, me parece una canallada. Una bajeza.
Y voy a lo otro; a la discusión ad hominem. Estoy de acuerdo con Escobar en que sería mejor, para señalar los errores frecuentes de los malos escritores (aun de aquellos que quieren serlo, o que lo son pero inéditos), coger textos publicados. Porque ya cuando uno publica se tiene que agarrar del asiento, y ahí sí que digan lo que sea: uno, por bruto o vanidoso, se expuso. Y creo que la gente que publica en Colombia no escribe mejor que la que menciona Camilo con tanta indignación. Puse el nombre de Andrés Hoyos porque es un caso protuberante, y él es un tipo soberbio que, como dice un amigo editor, "confunde tener plata con tener talento". La tumba del faraón es un bodrio, y su libro de cuentos (TM editores) también; y titular algo "gotas cordiales" ya me parece un hito digno de Cohelo.
Pero hay muchas otras opciones. Hace poco, por ejemplo, encontré en el sótano de la Librería Atenas de Cali (dónde más), la edición pirata, y única, de la novela de Carolina Andujar, Vampyr. Y desde el comienzo, ante una saturación de adjetivos y figuras gratuitas de la prosa, uno podría señalar varios errores frecuentes en escritores sin oficio.
Pero además es que los escritores son lo que son, y punto. No hay crítica que los redima. Y sin embargo, los que mandan sus cosas a los concursos están tan ilusionados, que no me parece bueno, ni siquiera en nombre de un futuro arrepentimiento que podría terminar en la grandeza del estilo, dárles por premio la burla y la soberbia. Es cierto: no es una cuestión de ética, sino de estética.
Y sí, Carolina, "el hijueputa nace, no se hace". De eso se trata: si no no sería adjetivo o sustantivo, sino interjección. Pero en ese campo, como en todos los demás, usted se ha hecho a pulso.
Estilística con tilde, sí. Pero mejor sin ella: así, para los dioses de estos letrados, queda como un justo diminutivo.
A ver si nos publican en Feriva.
Si bien se piensa, no es tan envidiable ser vencedor en una carrera de caballos. La gloria de ser reconocido como el mejor jinete de un país marea demasiado, junto al estrépito de la orquesta, para no sentir a la mañana siguiente cierto arrepentimiento. La envidia de los contrincantes, hombres astutos y bastante influyentes, nos entristece al atravesar el estrecho pasaje que recorremos después de cada carrera y que pronto aparece desierto ante nuestra mirada, exceptuando algunos jinetes retrasados, que se destacan diminutos sobre el borde del horizonte. La mayoría de nuestros amigos se apresuran a cobrar sus ganancias y sólo nos gritan un lejano y distraído "¡hurra!", volviéndose a medias, desde las alejadas ventanillas; pero los mejores amigos no apostaron nada a nuestro caballo porque temían enojarse con nosotros si perdíamos; pero ahora que nuestro caballo venció y ellos no ganaron nada, se vuelven cuando pasamos a su lado y prefieren contemplar las tribunas. Detrás de nosotros, los contrincantes, afirmados en sus cabalgaduras, tratan de olvidar su mala suerte y la injusticia que en cierto modo se ha cometido con ellos; tratan de contemplar las cosas desde un nuevo punto de vista, como si después de este juego de niños debiera comenzar otra carrera, la verdadera. Muchas damas consideran burlonamente al vencedor, porque parece hinchado de vanidad y, sin embargo, no sabe cómo encarar los interminables apretones de manos, congratulaciones, reverencias y saludos desde lejos, mientras los vencidos se callan y acarician ligeramente las crines de sus caballos, muchos de los cuales relinchan. Finalmente, bajo un cielo entristecido, empieza a llover. "
FRANZA KAFKA
Soy el anónimo 1 y no puse lo de Kafka. Ahora sí entiendo por qué es bueno poner el nombre.
AB.
CD
DE
Ahora pongo mi nombre:
TS
Ese argumento es una falacia canalla. Es claro que los argumentos no necesitan de apellidos. Ese no es el punto. La firma se pide como un acto de responsabilidad. No es lo mismo decirle a una persona "cabezón", "hijueputa" o "mal escritor" desde el anonimato, que decirle lo mismo con firma o dando la cara.
Insultar o burlarse con una capucha es un acto de cobardía. Y no sólo por razones morales (como intuye el anonimo), también por razones prácticas: quien firma lo que escribe se expone a ser demandado por injuria, a que lo casquen o a que lo busquen en google para sacarle alguna burla (como hace el cobarde anónimo). En fin, el que firma se atiene a las consecuencias de lo escrito, el otro, el "hominem" anónimo, no.
Así que malparido anónimo, quitese la máscara.
Es duro que se mofen de lo que uno ha escrito o expresado. Pero toca dejar la pendejada, curtir la piel o como dicen los gringos "roll with the punches".
Todos acá y en todos lados, tenemos material risible. Desde cartas de amor en las que se hipotecaba la luna (o peor, cartas de amor escritas como memorandos o demandas judiciales) hasta documentos titulados: Del sonido de una mano aplaudiendo al japanoise: las nuevas espiritualidades en el capitalismo tardío pasando por cuentos vanguardistas con frases como "metáforas lacerantes" o "vomitaba lirios y ginebra" o relatos con nombres super "locos" como "Taylor C706 con Flavor Burst" cuyo tema era el asesinato de un menor a punta de atragantarlo con helado.
Recibir burlas y poder reirse tranquilo de uno mismo y de los otros, es sano. Mejora y afila el carácter y el estilo. La literacosa colombiana sólo podrá mejorar si se empieza por la burla y el contrapunteo. Que bueno sería que alguno de estos autores defendiera su prosa, señalara lo importante de la buseta en el imaginario local o el uso de ese estilo andres caicedista. Y ahí si palo pa todo lado, que del palo siempre salen cosas buenas. O entretenidas, por lo menos.
Parece más bien que esta como frustrado como escritor, pero tranquilo, ud. no es el único. Métase a un cursito, y sígale intentando, de pronto le publican algo y nadie se burla (o todos, pero eso quiere decir que lo leyeron).
Es mejor reírse que emputarse, haga el esfuerzo y verá.
Desocupada, obvio, así como todos los que han decidio tomarse este post en serio.
Pero viéndolo bien aqui a todos les va mal: mal porque leen, porque no leen, porque sueñan con publicar un libro, porque al editor le toca leer su manuscrito, porque tiene tiempo para escribir sus apreciaciones y para catalogar lo que lo indigna, mal por el escritor indignado, mal por el jurado indignado, mal por ser anónimo, mal por ser anónimo indignado, mal por ser defensor de uno, mal por ser defensor del otro; mal por todo.
Qué lástima: hasta en los sitios donde uno imagina que sólo hay buenas intensiones, se nos sale a todos el hp que llevamos dentro.
Una última cosa: los blogs están pa que uno publique lo que le de la gana. Urra a la libertad de expresión y urra al boto en blanco (léase a ser ciudadano Anónimo)
Eso si, espero leer las ficciones del señor Camilo, a ver si no se le subraya ni un desliz con rojo.
Luis
No, no, no, pero que post tan polémico, casi tan comentado como uno en que alguien diga que The Dark Knight es malísima.
Lo mejor de todo es que somos diez pelagatos y al resto del mundo le importa un carajo... bueno, a "Anónimo" le importa pero los NN nunca cuentan.
Qué asunto tan serio, ¡todos nos vamos a morir! Aún si un post de Camilo es el fin del mundo, tenemos pisticas acerca de Anónimo para pasar unos últimos momentos felices jugando al detective:
-Odia a Camilo y está resentido/a con él.
-Es caleño/a o mandó a un conocido caleño a averiguar cuál era la librería de segunda.
-Sabe usar Google (¡bien, Anónimo!)
-Es moralista de a peso, como todo moralista.
-Es resentido/a social (odia a los Santos, le tiene envidia a Andrés Hoyos por tener plata)
-Es o un escritor a quien Camilo ha criticado o aspirante a escritor. Para mí que es una mujer que además está o estuvo interesada en Camilo.
-Piensa que Camilo es una especie de mecías.
-Sabe qué es "metonimia" (o buscó en Google un resto de palabritas para adornar los discursos).
-Estresó a un resto de gente menos a Camilo (lero, lero).
-Es contradictorio/a con sus propios aforismos. Al fin qué, ¿un hijueputa nace o se hace?
-Es más desocupado/a que todos los demás bloggers juntos.
-Nos sirvió de excusa para pasar un rato bien entretenido.
Gracias por darnos tanta importancia inmerecida, siga participando que en el ciberespacio somos recíprocos.
Para los Anónimos que ponen el nombrecito al final, hay una opción donde uno hace "click" y entra el nombre. Eso es cortesía. Eso es respeto.
Los hijueputazos sobran.
Si lo hubieran regañado antes de que la quitara, los comentarios podrían haber tenido alguna validez. Pero es demasiado tarde porque Camilo ya estaba más que enterado (leer entrada "Dan ganas de balearse en un rincón 2").
A mí me parece chévere que haya dicho por qué la quitó, un gesto de sinceridad muy bonito de su parte (característico de la gente que firma sus críticas). Lástima que no fueron capaces de amonestarlo hasta no saber que alguien con más autoridad le había recordado qué puede hacerse y qué no.
Igual lo mejor de esa entrada era el título y a este post sí que se le aplica: los comentarios dan ganas de balearse en un rincón, de verdad.
Pero Burgos tiene toda la razon, el hijueputazo Camilo si se lo gano, es que yo pienso diferente a Javier, yo creo que lo unico que no sobra en ese comentario anonimo (el que hemos convenido en llamar el primer anonimo) es el insulto, lo demas que escribio es carreta.
Pero me siento mal, hay veces pienso que hay que respetar a esa gente asi, que de pronto se puedan enfermar o algo por culpa de uno.
Pero bueno, no importa. En ánimo constructivo y siguiendo el tono leguleyista, propongo que en todo concurso o recepción de material para evaluar o publicar se incluya el siguiente disclaimer:
"La totalidad del material recibido, incluidos las notas al pie de página y las cartas de presentación, podrán ser publicadas sin autorización expresa del autor en publicaciones pedagógicas o satíricas con el ánimo de mejorar la práctica literaria"
En últimas, como alguien decía, todos los vicios que señala Camilo (y algunos peores que esos) es posible aislarlos en libros publicados. Ese ejercicio, con textos publicados, me parecería mucho más interesante y sano.
(A la persona del cuento en cuestión, por cierto, le escribí con franqueza una vez lo leí diciéndole mi opinión y me dio la razón. Creo que él mismo sabía el riesgo que se corre al escribir un cuento de tres páginas sin un punto ni una coma.)
Bueno, y como el dueño de casa se fue a dormir y dejó a los invitados desatendidos, me voy.
Muy divertidos (e inteligentes) los comentarios de Peláez; lo único que valió la pena de todo el novelón.
El único comentarista "serio" que fue consistente es F. Escobar.
CAROLINA DIXIT